Un vampiro
especial
La barra de vampiros decidió salir
de caza.
Iba con ellos uno nuevo en el
grupo.
Ya era tarde y la noche cerrada.
Caminaban y caminaban… y no
aparecía ninguna victima.
Hasta que al final vieron una
pizzería llena de gente.
Decidieron apostarse a unos metros
de la salida, donde no llegaba la luz de las vidrieras ni la iluminación
pública.
Salió mucha gente, pero siempre en
grupo, o en pareja. Era costumbre de los vampiros atacar solamente a los
solitarios. Era más fácil y podían comer
tranquilos.
Hasta que al final salió una rubia
gordita. Cuando llegó a las penumbras donde la acechaban, la atacaron sin
piedad. Comenzaron a morder y a chuparle el líquido vital.
El vampiro nuevo se quedó a un
costado, mirando chupar a los otros.
Los demás se dieron cuenta y le dijeron:
-¡Pero, vení, comé, hay para todos! ¡Está riquísima, es 0 negativo, muy especial,
bocado de cardenal!
-Es que no quiero- Dijo
el que no comía.
-¡Que! ¿Estás inapetente?
- ¡No, si tengo mucha hambre…! ¡Pero vi a la gorda por la
ventana…! ¡Comió pizza…! ¡Y soy
celíaco!
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