Un momento mágico...
Estábamos paseando en Paris en un maratona de metró y caminatas.
Nuestro hotel estaba en la Rue
du Depart en frente de la estación Montaparnasse Benvenue. Para no aburrirme
llevé para leer o mejor dicho releer, "Paris era una fiesta" de
Hemingway. Todos los días llegábamos agotados al hotel, el Waldorf
Montparnasse. Ese día Claudia se acostó temprano y cayó en un sueño profundo.
Yo también intenté hacerlo, pero Morfeo no llegaba así que comenzé a leer el
libro. No solo que no me dormí sino que comencé a pasear en sus páginas por el
Paris de "Papa", el sobrenombre del viejo. Después de leer tanto
sobre sus comidas, ron, borboun y vinos decidí bajar a pasear un poco y tomarme
un cognac.
Salí sin rumbo pero instintivamente doblé a la derecha, caminé media cuadra
hasta la esquina y doble otra vez a la derecha por el bulevard Montparnasse.
Las calles bullían de vida, y eran un
cuadro colorido de Toulusse Lautrec, o por lo menos lo era para mi imaginación efervecida por el
libro. Me subí el cuello del abrigo y caminé otras diez cuadras. De lado del
frente del boulevard vi las luces del café
La Closerie des Lilas,
donde Hemingway solía sentarse en la terraza a escribir al lado del calorcito
de las estufas de carbón.
Entré, las estufas no eran de carbón sino
eléctricas, pero igual daban una agradable calidez.
Había ya poca gente, una pareja ensimismada en sus arrumacos de amor, un
señor leyendo el periódico Le monde y dos señoras tomando un tardío te de la
tarde. Se acercó el garcón y le pedí un cognac. Después de unos instantes vi
que se acercó a mi mesa un señor mayor, con un traje arrugado, de barba y cabellos blancos.
En un español con acento americano me pidió permiso para sentarse a
mi lado.
Acepte casi sin mirarle pensando que si habían muchas mesas vacías ¿porque no
ocupaba una?. Apoyé los
brazos en la mesa y por curiosidad lo observé. Mi asombro me dió un golpe de
adrenalina. Antes de hablar tomé un poco del cognac.
- Yo hubiese tomado un bourbon- me dijo
- ¿"Papa..."como es posible?- Le contesté mirando a los demás comensales que no prestaban atención a
lo que ocurría.
-¡ Paris es una fiesta las 24 horas del día! ¿No es cierto?- me dijo con su
típica sonrisa, como si supiera que
estaba leyendo
Miré a mi alrededor y me pareció que las estufas eran ahora de carbón, que
la pareja de los arrumacos y que las dos señoras del te tardio vestían ropas de los años treinta. Y que ese señor que leía Le monde, tenia un
traje con cuello pajarita, bastón y que en su mesa había un sombrero rancho de paja.
" Papa" me sonreía y yo estuve tentado de salir para ver los
coches y la gente que circulaban en el exterior.
Como si supiera lo que estaba pensando me dijo:
- ¡No pierdas la magia de este momento! No siempre uno puede viajar en el
tiempo o ver escenas del pasado.
Apure el cognac de un trago y llame al mozo para pedirle un armagnac que es
mas fuerte.
- Une seconde, monsieur. dans un instant (En seguida señor- en un momentito) me
contestó y entro prestamente en dirección
al barman.
- Tiene razón, " Papa" , verlo a Vd de cuerpo presente es un
privilegio que nunca pensé tener.
"Papa" se acomodó en su silla como si realmente estuviese
sentado, miró a su alrededor y me contestó:
-Poder volver a disfrutar de una noche parisina también es una momento mágico que solo sucede
cuando alguien como tu me llama leyendome con fervor y
cariño...
Ahí, antes de que la magia desaparezca me atreví a pedirle algo:
-"Papa", le tengo que preguntar algo que siempre quise saber...
¿cual es su método de escritura, de donde le salen ideas tan simples y a la vez
hermosamente descriptivas? Como esta por ejemplo- Ahí saqué el libro del
bolsillo y simplemente comencé a leer saboreando las palabras, una frase que me había encandilado una hora
antes en la cama del hotel.
-"Una chica entró en el café y
se sentó sola a una mesa junto a la ventana. Era muy linda, de cara fresca como
una moneda recién acuñada si vamos a suponer que se acuñan monedas en carne
suave de cutis fresco de lluvia,"- Ahí " Papa" me interrumpió y entrecerrando los ojos continuó
la frase:
-" Y el pelo era
negro como ala de cuervo y le daba en la mejilla un limpio corte en diagonal.
".
Hizo un espacio de de silencio y comentó ¡Tu no te puedes imaginar la belleza diáfana
de esa muchacha, seguro que cualquiera que viese a alguien así, se volvería
poeta en un instante.
El mozo trajo mi
armagnac, se acercó por detrás de "Papa", cuando se agachó para poner
la copa en la mesita, parte del mozo y su bandeja atravesaron el cuerpo de
Hemingway.
Este no se inmutó,
pero me dijo:
- Parece que la magia
se está acabando y debo volver...
-¡No, no se vaya
"Papa", ¿Quizás le pido un bourbon...?
- Me encantaría, pero
últimamente solo bebo mis recuerdos...
-Un ultimo concejo
para un escritor incipiente...¡por favor!
- Se que lo eres, por
eso vine...anota , esto es algo que yo siempre le digo a los primerizos..:
"Un escritor, si sirve para algo, no describe.
Inventa o construye a partir del conocimiento personal o impersonal." ....después de otro silencio su figura comenzó a desvanecerse
y lo que restó de su presencia me saludó....
-Adiós, amigo..!
Su imagen se fué diluyendo oníricamente. Yo me quedé como en un trance
fantasmagórico pero mi felicidad era
real y palpable.
El mozo me llamó a la realidad
- Terminez votre
armagnac, monsieur. C' le temps d'aller au lit.! (¡Termine su argmanac, señor. es
hora de ir a la cama!) Avez-vous parlé à
un fantôme.?( ¿Hablaba usted con un fantasma?)
Le obedecí, apure mi trago y pagué la cuenta.
Me levanté despacio y trate de beberme toda la escena para no olvidarla
jamás.
La chica de los arrumacos se separó un poco del novio para beber, levanto
su copa en mi dirección y me dijo sonriendo:
- Bonsoir,
monsieur!
31/5/15 0:12
31/5/15 0:12
Lindo, Daniel!!!
ResponderEliminar¡Hermoso!
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