Bueno, mas que una reunión, era una maratón de presentaciones , que comenzaba con la persona de más alto rango con media hora de planes y estadísticas y descendía en minutos y rango hasta aquellos que eran solamente nombrados
La reunión incluía almuerzo y café, cuya calidad variaba según las ganancias de la empresa ,la importancia que se le otorgaba a cada sección y lo que el gerente de turno quería transmitir a sus subordinados.
Hubieron años en los cuales almorzamos sándwiches y otros en los que el ágape fue estruendoso.
Inclusive, alrededor de la mesa que albergaba treinta personas a su alrededor, habían leyes no escritas .Los gerentes se acomodaban todos juntos a la cabecera, a su alrededor los subgerentes y el resto,( que me incluía) a codazos disimulados procuraba lo mas cercano al olimpo.
Hacía ya tres años que trabajaba en esa firma de construcción como ingeniero y a los treinta y dos años, había llegado mi hora de lanzamiento, demorar el acenso sería fatal para mi carrera.
Vestido de traje y corbata, con el cabello bien cortado y los zapatos relucientes, aproveché el escaso tiempo dispensado a mi presentación, para mostrarme asertivo, energético y sonriente, rebosante de planes e impaciente por ponerlos en práctica.
A parecer había tenido éxito ya que los aplausos al finalizar fueron sonoros y uno de los gerentes más antiguos me invitó a acercarme a él.
2
Hinchando el pecho y cerrando el botón de mi chaqueta, me apresuré a complacerlo conteniendo una sonrisa. Sentí que por fin lo había logrado y mi futuro irrumpía como el amanecer.
El Gerente estrechó mi mano y felicitándome y señaló una silla a su lado. Halagado, me senté sin imaginar lo que me esperaba. El acercó su rostro al mío, colocó su mano sobre mi pierna y murmuró a mi oído: " el cielo será el límite para usted, buen mozo"
Analia Ring
.